La Revista

Entendíamos entonces, y hoy, por enseñanza lo que la primera acepción y más obvia indica: muestra, poner algo delante de los ojos. El fragmento último del editorial del nº 0 lo expresaba así: "Al matemático le gusta el juego, todos los juegos; se complace en guardar en su cartera palabras que son ya nuevas, hurgadas con ternura... A poquitos, cuando tiene su casa sosegada, va llenando sus cuadernos con ansias de varia lección, de ámbito diverso. Estos son sus Cuadernos, sus papeles en secreto secretados. Caben aquí todas las voces, todas las melodías. Sólo se exige la buena crianza de una mediana ortografía -tampoco es cuestión de ponerse muy pesados-."

La revista fue adelante y ha ido, en su modestia, mostrando lo que se escribe: noveles y consagrados han ido llenando sus páginas en amable revoltillo. "...La sana intención de aglutinar en ella las diferentes manifestaciones de la creación de última hora en España, donde convivan en armonía las tendencias más diversas (experimentales, neocampoamorianos, eléctricos, neorománticos, violentos, sensistas, diferenciales...) y los nombres de consagrados, menos consagrados y desconocidos..." era otra de sus aspiraciones primigenias.

En el editorial del nº 10 se dijo:
"Todo se confunde al final de los siglos, pero en éste más, porque es más postrero. Tantas cosas hay acabadas, acabándose que hasta el final se adelgaza inane. Y, aún así,

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